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Efemérides 06 de Mayo – Carlos Saavedra Lamas

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Primer premio Nobel argentino

Un día como hoy pero de 1959 se despedía Carlos Saavedra Lamas abogado, diplomático y político argentino que fue el primer latinoamericano en recibir un premio Nobel.
Nació en 1878 en la ciudad de Buenos Aires. Hijo de Mariano Abraham Saavedra y de Luisa Lamas Somellera. Nieto de Eusebio Saavedra, gobernador de la provincia de Buenos Aires. Bisnieto por parte paterna de Cornelio Saavedra (presidente de la Primera Junta) y por parte materna de Luis Lamas Regueira (presidente de la República Oriental del Uruguay). Chozno de Hernando Arias de Saavedra (Hernandarias), primer criollo -había nacido en Asunción- en ocupar el cargo de gobernador del territorio del Río de la Plata y del Paraguay.
Estudió en el Colegio Nacional Buenos Aires y en la Universidad de Buenos Aires donde se graduó de abogado con su tesis «Régimen Municipal de la Ciudad de Buenos Aires». Durante un tiempo trabajó de publicista hasta que ingresó como docente de la carrera de Sociología en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires y de Finanzas, de Economía Política, de Legislación del Trabajo y de Derecho Constitucional en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la misma universidad. También se desempeñó en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional de La Plata como profesor de Derecho Público Provincial y de Historia Constitucional.
En 1908 fue electo diputado nacional por la Capital Federal en las Listas del Partido Autonomista Nacional y tuvo una actuación llamativa. Fue el único diputado oficialista que se opuso a la intervención de la provincia de Córdoba dictada por el presidente Figueroa Alcorta. En 1912 repitió como diputado nacional, pero esta vez, por la provincia de Buenos Aires. Nuevamente se opuso a una iniciativa del Ejecutivo. El ministro del Interior impulsaba la elección por listas incompletas y Saavedra Lamas reivindicó las listas proporcionales.
En 1915 fue designado como ministro de Justicia e Instrucción Pública desde donde impulsó una profunda reforma educativa que no llegó a implementarse. Se retiró del cargo un año después, al finalizar su mandato el presidente Victorino de la Plaza.
A pesar de ser especialista en Derecho Internacional Público, Saavedra Lamas tuvo una inclinación temprana por el estudio de los conflictos en las relaciones laborales y el Derecho del Trabajo. Se introdujo en las discusiones del principio de siglo, período en el que se votaron las leyes de accidentes de trabajo (1915) que reguló la responsabilidad patronal sobre los siniestros, la limitación de la jornada laboral en 48 horas semanales (1929), la ley que modificó el contrato de trabajo de los mercantiles (1933) e iniciativas sobre el régimen legal de la producción de azúcar, la problemática constitucional sobre la división jurisdiccional ferroviaria entre la Nación y las provincias, la ley nacional de irrigación, un Código Nacional del Trabajo, etc.
En 1928 fue elegido preside la X Conferencia Internacional del Trabajo, primer argentino que ocupó ese cargo. En 1932 fue nombrado ministro de relaciones Exteriores. Su sabiduría sobre el tema ya había sido expuesta en numerosas conferencias mundiales y en textos escritos sobre su posición respecto a los arbitrajes en conflictos internacionales y sobre el panamericanismo.
Una de sus preocupaciones fue la incorporación de Argentina a la Sociedad de Naciones. Primero, argumentó la necesidad de salir del aislacionismo en que se encontraba y luego abogó por la ratificación legislativa del acuerdo de incorporación y fijar la posición argentina de que la doctrina Monroe era una declaración política unilateral de los EE UU pero no constituía un acuerdo regional. La actuación en ese organismo internacional fue relevante y fue nombrado presidente del XVIIº período de sesiones. No obstante, su apego a la doctrina del neutralismo lo llevó a tener una política injusta con la República Española y sostener la no intervención ante la sangrienta guerra civil desatada por el franquismo.
Su llegada al ministerio coincidió con un pico de tensión en la guerra del Chaco boreal entre Bolivia y Paraguay que tenía origen en una disputa limítrofe pero era azuzada por las compañías petroleras que creían en la ingente existencia de hidrocarburos en la región. Las hostilidades ya habían comenzado pero el 10 de mayo de 1933 el gobierno paraguayo declaró oficialmente la guerra. Mientras tanto Saavedra Lamas fogoneaba la firma de un Tratado Antibélico de No Agresión y Conciliación en la Sociedad de Naciones. En el mismo se proclamaba la condenaba a las guerras de agresión, que el arreglo de los conflictos debía realizarse por los medios pacíficos que consagraba el derecho internacional, el no reconocimiento de pactos territoriales ni validez a la ocupación de territorios que fueran incorporados por la fuerza de las armas, o intervención diplomática o militar de otro país en los conflictos existentes y la obligación de las partes beligerantes a someterse a una conciliación de países neutrales, etc. La oposición estadounidense fue frontal pero Saavedra Lamas consiguió los suficientes apoyos internacionales para avanzar y fue ratificado por numerosas naciones.
La guerra del Chaco continuaba, su ferocidad era tremenda y los continuos cambios en el frente de batalla hacían imposible una solución. Saavedra Lamas y el canciller brasileño exhortaron a la paz. Se declaró un embargo de armas a los dos países y se propusieron fórmulas de armisticio que fracasaron. Pero Saavedra Lamas había detectado que el conflicto bélico estaba empantanado y las fuerzas exhaustas. Tomó la iniciativa para proponer un alto el fuego. Reunió en Buenos Aires un grupo mediador integrado por Argentina, Brasil, Chile, Perú, Uruguay, EE UU y Bolivia y Paraguay. Desplegó toda su experiencia diplomática para que se emitiera una comunicación en la que se solicitaba al gobierno argentino que convocara a Conferencia de Paz con el objeto de frenar las hostilidades, promover el intercambio de prisioneros, posibilitar la reanudación del tránsito de personas y bienes, establecer una comisión militar neutral entre los ejércitos contendientes e impedir la adquisición de nuevas armas.
El fin las de hostilidades se alcanzó el 14 de junio de 1935. Saavedra Lamas se movió con rapidez. Reunió la Conferencia de Paz el 1º de julio; logró que el 25 de octubre se declarara la terminación de la guerra y que el 26 de enero de 1936 se firmara un Acta de liberación de prisioneros de guerra. Continuaron las negociaciones y en 1938 se firmó el definitivo Tratado de Paz, Amistad y Límites que fue ratificado por las partes en 1939. Saavedra Lamas ya había abandonado su puesto de ministro pero había construido la estructura del acuerdo y establecido un camino a transitar para que fuera exitoso.
Por esta actuación diplomática minuciosa, perseverante, innovadora y tenaz le fue otorgado el Premio Nobel de la Paz, poco tiempo después de presidir la Conferencia de consolidación de la Paz.
En 1941 fue electo Rector de la Universidad de Buenos Aires por la asamblea universitaria, cargo que ejerció hasta 1943. Simultáneamente, ejerció como profesor de Legislación del Trabajo y unos años después fue designado como presidente de la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales.
En otro orden, fue sistemático en la publicación de textos sobre las cuestiones internacionales, las reformas educativas, el mundo del trabajo y el Derecho. Obras como El derecho de asilo, Por la paz de las Américas, Los tratados de arbitraje, Escuela intermedia, El régimen administrativo y financiero de la universidad de Buenos Aires, Los asalariados de la República Argentina, Economía colonial, entre otras, hablan de sus preocupaciones, propuestas y cursos de acción.
Persistente, estudioso, cultor del tiempismo, fino estratega de las palabras y las acciones, sigiloso pero eficaz, con notable visión panorámica y sentido de la oportunidad.
Un número cinco de los de antes. Salú!

Ruben Ruiz
Secretario General 


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