img_home_19
img_home_19
img_home_19
img_home_19
img_home_19
img_home_19
img_home_19
img_home_19
img_home_19
img_home_19
img_home_19
home2
img_home_19
img_home_19
img_home_19
img_home_19
img_home_19
img_home_19
img_home_18
img_home_13
img_home_13
img_home_12
img_home_11
img_home_7
previous arrow
next arrow
Shadow

Efemérides 15 de Marzo

Compartir

Sarla Thakral

Un día como hoy pero de 2008 se despedía Sarla Sharma, aviadora, diseñadora y empresaria india que se convirtió en la primera piloto de avión de su país a pesar de los escollos sociales de la época, los inconvenientes políticos que se produjeron en el período de la independencia de India y la violencia de diferentes orígenes que se vivió en esa época.
Nació en 1914 en la ciudad de Lahore que actualmente forma parte de Pakistán. Se casó a los 16 años con P D. Sharma, aficionado a la aviación y primer piloto varón indio con licencia de correo en la empresa Indian Air Mail. En esa empresa, Sarla comenzó a trabajar como asistente en los vuelos de Karachi a Lahore. Posteriormente, su esposo se convirtió en el dueño de la empresa Himalaya Flying Company cuyas aeronaves realizaban el trayecto entre Badrinath (lugar sagrado para los hinduistas) y Haritta.
Tanto él como el suegro de Sarla la incentivaron para iniciarse en el mundo de la aviación. Comenzó un curso en el Club de Vuelo de Lahore bajo las instrucciones de Timmy Dasstur. Luego de un entrenamiento de diez horas de vuelo fue autorizada a operar el biplano Gipsy Moth de la empresa De Havilland.
Tenía 21 años y una hija de cuatro años. Vestía un sari (traje tradicional de las mujeres indias de varios metros de largo que se enrolla en la cintura y con un extremo que pasa sobre un hombro), un gorro de aviadora y un par de antiparras.
Se había convertido en la primera aviadora de la India.
Continuó su aprendizaje con suma perseverancia y, luego de completar mil horas de tiempo de vuelo, obtuvo su licencia de piloto Clase A. Pero la tragedia se cruzó en su vida. En 1939 falleció su esposo. Su vida se derrumbó pero su carácter pudo más. Se fue con sus dos hijas a Jodhpur para obtener su licencia profesional y realizó varios ejercicios aéreos internos. Lo intentó pero la aparición de la Segunda Guerra Mundial generó un grado de inestabilidad que le impidió alcanzar su cometido.
Retornó a Lahore, ingresó en una escuela de pintura bengalí y obtuvo la licenciatura en Bellas Artes, específicamente en el Arte del bronce. En esa época, la situación en la futura Pakistán era de extrema violencia. Existían duros enfrentamientos interreligiosos e interraciales. Entonces, Sarla decidió mudarse con sus dos hijas a Nueva Delhi. Sus padres fueron su gran apoyo.
En ese contexto incierto, ingresó al mundo del diseño para sostener su economía familiar. Empezó su carrera de pequeña empresaria diseñando joyas y se unió al Arya Samaj, una comunidad espiritual reformista del hinduismo que se opone al sistema de castas, al culto de los ancestros, al sacrificio de animales, a la intangibilidad de “los intocables”, al matrimonio de niños/as, a la peregrinación a lugares sagrados y a las ofrendas en templos para mantener a la casta sacerdotal brahmana. Además, promueve la reforma social y la educación de las mujeres. Sostiene la santidad de la vaca, los sacramentos hinduistas (samskaras) y las oblaciones al fuego.
Se consolidó como pintora y empresaria de estampado de telas, se casó con R. P Thakral, retomó sus entrenamientos y obtuvo su licencia de piloto comercial Clase B. Buscó trabajo en la aviación y lo encontró por el diario: buscaban un aviador profesional para la familia del rey Alwary. Consiguió el puesto y realizó vuelos especiales para la familia real durante seis meses.
Luego retomó su actividad en la manufactura de joyas artesanales y ropa, creó los vestuarios para la Escuela Nacional de Teatro y se especializó en la confección de saris que diseñaba con pinturas impresas. Veinticinco años después de recibir su primera licencia se convirtió en la primera mujer piloto de la Fuerza Aérea de la India.
Poco a poco se fue transformando en una referencia para muchas mujeres indias por su carácter emprendedor y por sus creaciones que se hicieron populares. Vivió sus últimos años como una emprendedora exitosa que estampaba en sus prendas sabias frases antiguas, realzaba la vasta cultura del subcontinente indio y apostaba a la autonomía de la mujer.
A los 91 años se apagó el motor en tierra firme y dejó descansar sus pinceles y su imaginación.
Salú Sarla Thakral!! Por tu audacia, tu creatividad y tu tenacidad para imponerte en un mundo inestable, patriarcal y en el que todavía impera el inhumano sistema de castas.

Ruben Ruiz
Secretario General 


Compartir
Volver arriba