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Efemérides 22 de Enero – Pascual Pérez

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Pascual Pérez

Un día como hoy pero de 1977 nos dejaba Pascual Pérez, “El león mendocino” o “Pascualito” como lo llamaba la popular. Primer boxeador argentino campeón del mundo. Lo alcanzó en peso mosca; con anterioridad, había ganado la medalla de oro los Juegos Olímpicos de Londres en 1948. Único púgil argentino en lograr ambos títulos.
Nació en la provincia de Mendoza. Hijo de Francisco Pérez y Elisa Alonso, dos agricultores que cultivaban viñedos. Desde pequeño, Pascualito, labraba la tierra en el campo de sus padres lo que le forjó una contextura maciza y una fuerza desproporcionada en sus brazos. Se mudó con su familia al departamento Las Heras y comenzó a frecuentar un gimnasio cercano.
A los 16 años comenzó a entrenar en el Club Deportivo Rodeo de la Cruz bajo las órdenes del profesor Felipe Segura, quien descubrió dos virtudes: una fuerte pegada y una rapidez poco común para resolver situaciones complicadas dentro del ring. Era zurdo pero peleaba como diestro. Fortaleció sus piernas, adquirió velocidad y un movimiento de cintura prodigioso que ayudaba a esquivar golpes y cambiar rápidamente de perfil. Medía 1,52 y pesaba 47 kilogramos.
En marzo de 1944, dos meses después de su debut como aficionado, ganó el Campeonato Mendocino y Argentino de Novicios; en 1945, el Torneo Abierto de Salta; en 1946, el Campeonato Latinoamericano de Boxeo derrotando al chileno Vega, al brasileño Armero Santana y al uruguayo Pedro Carrizo ante la manifiesta hostilidad del público local. En 1947 revalidó el título de campeón latinoamericano y en 1948 fue campeón del Torneo de la Vendimia.
Ese mismo año se realizó la selección para concurrir a los Juegos Olímpicos de Londres. Fue campeón y, para ello, derrotó sin solución de continuidad a Antonio Zapata, Sebastián Bustos, Víctor Scarone, Ricardo Ballarini y al riojano Nicolás Páez (el boxeador más petiso de la historia boxística argentina), en dos oportunidades. En Londres se jugaba una parada difícil porque debía pelear todos los días en forma consecutiva. Ganó la medalla de oro invicto. Derrotó al filipino Adolfo, al sudafricano Williams, al belga Bollaert, al checo Majkdlock y, en la final, al italiano Spartaco Bandinelli (que le había ganado al campeón europeo, Luis Martínez Zapata). Dio cátedra y fue declarado el mejor boxeador del torneo.
A la vuelta, continuó su carrera como aficionado. En 1950 volvió a ganar el título latinoamericano de peso mosca en Guayaquil y el Torneo de Buena Vecindad en Lima. Sin embargo, en el selectivo para los Juegos Olímpicos de Helsinski de 1952 fue eliminado por Francisco Calvagno, en un fallo polémico y muy discutido. Ese fallo lo obligó a repensar su carrera y decidió convertirse en profesional. Su mánager fue el albanés Lázaro Koci que también representaba a José María Gatica.
Debutó en la localidad de Gerli, provincia de Buenos Aires, contra el chileno José Chiorino por el Campeonato Argentino de peso Pluma. Ganó por abandono en el cuarto round. Sus siguientes 17 peleas las ganó por knock out. En su pelea décimo novena, su contrincante, Juan Bishop, resistió todos los asaltos pero perdió por puntos. Luego, ganó el Campeonato Argentino peso Mosca en La Plata frente a Marcelo Quiroga. No le quedaban rivales. Los resultados eran muy satisfactorios pero no lograba conmover al público que no acompañaba con su presencia cuando peleaba en el Luna Park.
Combatió en las principales plazas boxísticas de nuestras provincias hasta que el embajador argentino en Japón, Carlos Quiroz, concertó una pelea, donde no estuvo en juego el título, con el campeón mundial de la categoría mosca, Yoshio Shirai. Se realizó en el coliseo porteño el 24 de julio de 1954 y el público respondió. La pelea fue vibrante y los jueces dieron empate. Fue la primera vez que un boxeador profesional argentino no perdía con un campeón del mundo. Todo un acontecimiento que cambió su relación con los aficionados.
El japonés le dio la revancha Sería en Japón y se disputaría el título mundial de peso mosca. La pelea se disputó el 26 de noviembre en el estadio al aire libre Korakuen con una temperatura de 12º. Concurrieron 20.000 personas. En el rincón de Pascualito estaban, el profesor Felipe Segura y su mánager Lázaro Koci. El japonés era más alto y tenía pinta de estudiante universitario. El árbitro fue Jack Sullivan, un mayor retirado del ejército estadounidense. El combate comenzó equilibrado pero en el segundo asalto un preciso golpe de Pascualito derribó por unos segundos al campeón del mundo. En el sexto round, Shirai hirió el ojo del mendocino con un fuerte derechazo. Bailoteo constante del Pascualito, velocidad y constancia para golpear, andar plástico por todo el ring.
En el octavo y décimo segundo asalto sendas combinaciones de golpes derribaron nuevamente al japonés. En los asaltos finales casi se produjo el knock out, pero el campeón soportó de pie. Las tarjetas fueron contundentes a favor de Pascual Pérez: el árbitro Sullivan anotó 146-139, el juez Bill Pacheco, 143-139 y el juez Kuniharu Hayashi, 146-143. ¡!Primer campeón mundial argentino de boxeo!
El combate se transmitió por radio y la gente se agolpó en el edificio del diario La Prensa y en la puerta de algunos comercios del centro porteño. Cuando finalizó la pelea se realizó un festejo espontáneo en una colmada Plaza de Mayo. Desde el ring, Pascual Pérez saludó a los argentinos a través de la radio y reafirmó su condición peronista en su saludo final por la radio: ¡Cumplí, mi general! El recibimiento en Ezeiza fue multitudinario, caravana de festejo popular y viaje en el tren El Cuyano hacia su querida Mendoza donde el recibimiento fue igual de espectacular.
Como correspondía, se produjo la revancha entre los contendores. Fue el 30 de mayo de 1955 también en Tokio. Pascualito venció por knock out en el quinto round y comenzó su periplo de defensas de la corona. En enero de 1956 le ganó por puntos al filipino Leo Espinosa en el Luna Park; en junio de ese año le ganó por abandono al cubano Oscar Suarez en el estadio de Peñarol de Montevideo; en marzo de 1957, lleno total en la cancha de San Lorenzo para ver el triunfo de Pascualito ante el británico Dai Dower por knock out en el 3º round.
En diciembre de ese año, una multitud en la cancha de Boca presenció el triunfo del argentino por knock out ante el español Young Martin; en abril de 1958 venció por puntos al venezolano Ramón Arias en el Nuevo Circo de Caracas y en diciembre venció al filipino Dommy Ursua en el Rizal Memorial Coliseum de Manila. En 1959 le ganó al japonés Kenji Yonekura en el Metropolitan Gym de Tokio y al nipón Yaoita en el Ogimachi Pool, de Osaka.
Finalmente, el 16 de abril de 1960 perdió la corona frente al tailandés Pone Kingpetch (18 centímetros más alto y 10 años más joven) en el Estadio Lumpinee de Bangkok, (Tailandia). Perdió por puntos en una pelea dramática y con fallo dividido. La revancha se disputó en el Olympic Auditorium de Los Ángeles (EE UU), pero esta vez ganó el tailandés por knock out en el octavo asalto.
Se había terminado una epopeya escrita por el pequeño gladiador mendocino. Sus peleas posteriores fueron parte de su ocaso profesional y sentimental. Se había divorciado de su gran amor, Herminia Merch, con quien había tenido dos hijos, y se había sumido en una profunda depresión. Además, producto de los desmanejos económicos de su ex esposa -que estaba a cargo de las finanzas de la pareja- y de alguno de sus representantes, Pascual Pérez quedó se sin recursos y consiguió un trabajo en el Ministerio del Interior que le permitió sobrevivir. Rearmó parcialmente su vida y contrajo matrimonio con Selva Argentina Céliz que fue su compañera hasta su muerte.
Su otro acompañante permanente fue el alcohol que nunca pudo abandonar y que le produjo un cuadro de infección hepatorrenal y sucesivos paros cardíacos que determinaron su deceso.
Salú Pascualito!! Por tu guapeza en el ring, por tu honradez en la vida que te valió sinsabores y desengaños, por haber enfrentado a gigantes y haberlos derrotado con tu técnica pulcra y con tu estilo depurado. Bailarín del cuadrilátero, guitarrero consecuente. Una fija en nuestra popular.

Ruben Ruiz
Secretario General 


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