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Efemérides 25 de Noviembre – Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres

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Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres

Un día como hoy pero de 1960 se ejecutaba el asesinato de las hermanas Mirabal en República Dominicana a manos de la dictadura de Rafael Trujillo. En memoria de Patria, Minerva y María Teresa Mirabal se conmemora en todo el mundo el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.

La convocatoria inicial para que esta fecha fuera adoptada a nivel global fue una iniciativa del Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe en 1981. Diez años más tarde se llevó a cabo la primera Campaña de los 16 días de Activismo contra la Violencia de Género, entre el 25 de noviembre y el 10 de diciembre, Día universal de los Derechos Humanos. Finalmente, la ONU aprobó la conmemoración del 25 de noviembre en 1999. Previamente, en 1993, había aprobado la declaración que definió la violencia contra las mujeres como:

“Todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada”.

Una definición tan simple y precisa necesitó de muchos años para que los gobiernos la adoptaran como propia, aunque no todos tomen medidas concretas al respecto. Evidentemente, existe un problema estructural para asumir en políticas públicas lo que es notorio a la vista del más desentendido. Las mujeres sufren violencias de diferente tipo en el plano doméstico y en el plano público. Su evidencia más común es la violencia física pero también son vulneradas psicológica, económica, laboral y culturalmente, en el ámbito de la salud, en los contenidos del sistema educativo.

Erradicar la violencia de género no es una mera postura, una declaración de buenas intenciones o corrección política. Es más profundo. Es una batalla individual y colectiva contra siglos en los que se naturalizó la desigualdad de las mujeres y el uso de la violencia para asentarla. Es un cambio de conductas, un convencimiento pleno de que la igualdad entre los seres humanos es justo, necesario, inevitable.

Aun los países más desarrollados aplican violencia y discriminación consuetudinaria: desde abonar salarios más bajos que a los hombres por desempeñar tareas similares hasta consolidar mecanismos de participación y decisión que dificultan la actuación de las mujeres (en política, en acceso a lugares de poder público y privado). Entre los casos más aberrantes encontramos el tráfico de mujeres, la mutilación genital femenina, el asesinato por causa de la dote, el homicidio por honor, la violencia sexual en los conflictos bélicos o religiosos. Un conjunto de hechos que nos advierten sobre la brutalidad ejercida por muchos colectivos humanos y, también, de la complicidad de los gobiernos y los poderosos en nuestro planeta.

Las hermanas Mirabal lucharon contra una dictadura sangrienta. Fueron encarceladas, violadas y torturadas. Sus esposos también sufrieron la brutalidad del poder. Ellas, condenadas a tres años de prisión, misteriosamente fueron liberadas tres meses y medio antes de su asesinato. Fue una estrategia pensada desde los dictadores para parecer ajenos al acto que iban a cometer.

Un 25 de noviembre ellas iban en un jeep que manejaba Rufino de la Cruz; al llegar al puente de Marapica fueron interceptadas por cuatro hombres en un auto, obligadas a bajarse del jeep y a introducirse en el asiento trasero del auto con una parte de los verdugos, mientras los otros se subían al jeep con Rufino. Los llevaron a una casa de adobe envuelta en caoba y ahorcaron con sendos pañuelos a las tres hermanas y al chofer.

Con ese acto, Trujillo creyó que había derrotado a las únicas opositoras públicas a su dictadura. La historia demostró lo contrario. Creció la indignación, las ideas de las hermanas Mirabal se hicieron carne en el pueblo dominicano. Rafael Trujillo fue ajusticiado un año después en confusas circunstancias y su familia tuvo que abandonar la isla ante la presión popular.

La lucha de las hermanas Mirabal quedó como un mojón en la historia de los pueblos. Cada 25 de noviembre nos interpela para dar un paso más en la erradicación de la violencia de género. Millones de mujeres ensanchan el camino de la igualdad y la no violencia definitiva, y cada vez más hombres transitamos ese mismo camino enfrentando enseñanzas primitivas, costumbres arraigadas y códigos erróneos. En este ancho camino no hay neutrales.

Salú Patria, Minerva y María Teresa Mirabal!!

Ruben Ruiz
Secretario General 


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